lunes, 9 de abril de 2018

¿Cómo saber si soy emprendedor?

Yo descubrí que era un emprendedor hace  más o menos 8  años. Para ese momento ya había renunciado a tres trabajos, fundado tres empresas, quebrado dos y estaba viviendo cómodamente de los ingresos de la única que había sobrevivido y de la que actualmente soy dueño.

Descubrí que era un emprendedor cuando empezaron a aparecer cursos de emprendimiento, seminarios de emprendimiento y programas de gobierno para apoyar a los emprendedores. Antes de eso tan solo tenía una empresa y ya. Y tal vez esa sea la definición más sencilla de ser emprendedor: Tener una empresa y vivir de ella.

Tengo muy claro cuando empezó todo. Recién me había graduado de ingenieria en la universidad y estaba disfrutando de un excelente sueldo. Mi papá ese día llegaba tarde del trabajo con una caja y una sonrisa de oreja a oreja. Él no podía estar más feliz y mi mamá tenía una cara larga de preocupación, ahora tenía que aguantarse a mi padre en la casa todo el día: se había pensionado. En ese momento lo entendí todo y solo atiné a decirle a mi padre: "Cuando sea grande quiero ser como tú ... pensionado".

Fue un momento de iluminación, mi padre ya viejo había logrado aquello por lo que tanto había trabajado y yo apenas estaba en la línea de partida y tendría unos 35 a 40 años de trabajo por delante. Tres o cuatro décadas madrugando, subiendo al bus en el frio de la madrugada, sentado en un escritorio, ahorcado con una corbata y haciendo lo mismo día a día. Mientras mi familia se regocigaba y felicitaba a mi padre, yo solo podía hacer cuentas en mi cabeza: diez años para tener un apartamento, tres a cinco años para comprar un carro y muchos años recibiendo ordenes. Le había mentido a mi padre, no me quería pensionar.

¿Entoces ya era un emprendedor? No, no y no. Tan solo era un soñador. De ahí en adelante tendrían que ocurrir decenas de eventos antes de convertirme en un verdadero emprendedor. Pero ese día si había tomado una decisión que definiría mi futuro: No me iba a pensionar. Y todos mis actos de ahí en adelante tendrían que garantizar mi futuro sin una pensión.

Este tema es muy importante, el emprendedor debe tener claro que durante muchos meses o años no cotizará al sistema de pensiones, que no va a recibir cesantías y que no va a recibir una liquidación. El emprendedor renuncia a todas las garantías y beneficios que tienen los empleados. Y si falla en su emprendimiento cuando regrese a la vida de empleado tendrá años de atraso en cotizaciones, sus compañeros de universidad tendrán carros y casas y él arrancará nuevamente desde cero. Un verdadero emprendedor no tiene retorno y debe ser capaz de sacrificarlo todo.

Cierra los ojos e imagínate por un momento sin salario, sin cesantías, sin liquidación, sin primas, sin bonos de cumplimiento y sin pensión.

Pero el no tener beneficios de empleado tampoco te hace emprendedor. Muchos independientes como médicos, odontólogos o abogados tampoco los tienen, pero no por eso son emprendedores. El emprendimiento requiere algo más y es el sacrificio de crear un nuevo ser, una nueva persona: una persona jurídica, una empresa.

De manera intuitiva siempre cree empresas y nunca me presente como contratista. El crear una empresa implica que vas en serio, que estás dispuesto a pagar impuestos, inscribirte en Cámara y Comercio, pagarle a tus empleados, llevar cuentas y ene mil cosas. El contratista es como el encuentro sexual anónimo de fin de semana: es rico, pero pocas veces dura. La empresa es como un matrimonio: hay que cuidarla y se planifica para que dure eternamente, no siempre se logra.

Solo queda faltando una cosa. ¿A que se dedicará la empresa? Un emprendedor tendrá algo que ofrecer. En mi caso era fácil, había estudiado Ingeniería de Sistemas y decidí ofrecer el servicio de desarrollo de software a la medida.


Resumiendo, para ser emprendedor necesitarás cuatro cosas:

  • Una motivación: La mía era muy sencilla, no quería madrugar cuatro décadas para viajar apachurrado en un bus. No podía ser un empleado.
  • Arriesgarse:  El emprendedor debe estar consciente que ya no será empleado y que está poniendo en juego su futuro. 
  • Compromiso: El emprendedor debe estar comprometido con su emprendimiento hasta tal punto que sea capaz de crear una empresa a sabiendas de las dificultades que eso conlleva. 
  • Algo que ofrecer: Debes tener algo que ofrecerle a la sociedad. Algo que la gente valore lo suficiente como para pagar por él
Espero les haya gustado, compártanlo con sus amigos, comenten y pregunten lo que quieran.




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